STS, 8 de Marzo de 2001

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Frases clave


El motivo primero mantiene, concretamente, que el recurrente D. Guillermo , es el tercero hipotecario al que protege el principio de la fe pública registral que proclama el artículo 34 de la Ley hipotecaria, respecto a la compraventa de 29 de julio de 1981, por la que adquirió a título oneroso el piso de quien era titular registral, D. Íñigo , e inscribió su adquisición. Pero le falta un requisito, que es la buena fe, que si bien se presume, no se da en el recurrente, hijo de quien transmitió una cosa ajena, estudiante que, por profesión, carece de ingresos propios y, jurídicamente más importante, la buena fe significa el desconocimiento de la inexactitud del mismo; no solo significa el desconocimiento total, sino también la posibilidad de conocer la exactitud. En el caso presente, ante una casa habitada que había sido objeto de complicados avatares jurídicos, el adquirente sabía o podía saber con solo acudir a la misma, que había persona que era propietario por adquisición anterior, pese a la titularidad formal del Registro.

Extracto


STS, 8 de Marzo de 2001

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