STS, 28 de Octubre de 1996

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Frases clave


En el presente caso, es de significar, de un lado, que del relato fáctico no se deduce que el acusado conociese anticipadamente que la víctima fuese a pasar por la puerta del garaje de su casa el día de autos, a la hora que él lo aguardaba; y tampoco se hacen constar las características de la navaja con la que se produjo la agresión como para poder afirmar que se tratase de un arma impropia para llevarla de ordinario en el bolsillo. Por ello, debe descartarse la posibilidad de una trampa o emboscada sigilosamente buscada de propósito por el agresor. Y, por otra parte, nada se hace constar sobre los posibles antecedentes próximos de las divergencias mantenidas entre agresor y víctima (si existían fuertes tensiones entre ambos, si se habían cruzado amenazas, más o menos veladas, etc.), tampoco sobre los términos en que se desenvolvió el enfrentamiento verbal mantenido durante algunos minutos entre ambos el día de autos, ni, por tanto, sobre si el empleo de la navaja por parte del acusado fue algo realmente imprevisible e inesperado. De ahí, también la procedencia de descartar la concurrencia de un ataque súbito e inesperado por parte del agresor, propio de otro de los tipos de alevosía ordinariamente admitidos.

Extracto


STS, 28 de Octubre de 1996

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