STS, 22 de Mayo de 2001

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Resumen


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Frases clave


En este caso, dado el riesgo en que el acusado estaba y la urgencia en conjurarlo poniendo fin inmediatamente a la agresión sufrida, la defensa adoptada mordiendo la oreja del agresor no se evidencia como excesiva o desproporcionada, máxime teniendo en cuenta que, aparte la herida causada, fue tan escasa la pérdida de pabellón auricular que sólo resultó apreciable para el Tribunal mediante "un expreso examen de su simetría facial, pudiendo perfectamente pasar desapercibido si no se presta una especial atención" (F.D. 1°). Lo que evidencia que tampoco tuvo la mayor lesividad posible, sino precisamente la necesaria para poner fin al ataque.

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Extracto


STS, 22 de Mayo de 2001

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